Tras terminar de ver “13 Reasons Why” podemos decir que ha superado nuestras expectativas; esperábamos que fuese entretenida y perfecta para nuestro tiempo de ocio, pero en cambio nos ha tocado bastante y nos ha hecho reflexionar sobre que el bullying es un problema real y que todos podemos ser acosadores sin darnos cuenta.
La serie tiene una notable actitud moralizante ya que te hace ponerte tanto en la piel de Hannah como en la de sus supuestos acosadores y vivir las situaciones por las que han tenido que pasar contrastando las dos caras de la historia.
El acoso que sufrió Hannah comenzó por una simple foto que se interpretó de manera equivocada y que llegó a más gente de la que debería, dando así rienda suelta a falsos rumores que serían el comienzo del fin de la vida de Hannah. Esto es un claro ejemplo del efecto mariposa, es decir, que cualquier pequeña acción que nosotros produzcamos va a tener una consecuencia en algún lugar o momento.
La serie también quiere recalcar el desconocimiento de los adultos sobre la vida de los adolescentes. El papel de los adultos se presenta desde dos puntos de vista muy diferentes: el primero uno en el que los adultos no son conscientes de los problemas de los jóvenes y los interpretan como tonterías y el segundo uno en el que si los adultos hubiesen sido conocedores de lo que estaba sucediendo habrían intervenido y buscado una solución.
Las cintas fueron grabadas con la intención de mostrar cómo había sido la vida de Hannah y el por qué decidió acabar con ella, aunque en algunas personas tuvo otro efecto distinto: al formar parte de las razones por las que Hannah se suicidó se sintieron excesivamente culpables por haber acabado con una vida, tanto que les llevó a acabar con la suya propia.
Una vez acabada la serie, desde fuera no se concibe otro pensamiento que el que cualquiera de los personajes podría haber hecho algo para evitar que Hannah acabase con su vida; desde sus padres, profesores y compañeros hasta la propia Hannah. Ella gritaba en silencio que quería ayuda pero nadie quería oír y tal vez ella tampoco quería ser escuchada. Creemos que Hannah podría haber luchado por su vida y salir adelante, pero tal vez cuando estás en esa situación lo ves todo oscuro y piensas que no existe otra salida más que el suicidio.
Como conclusión, la serie nos ha dado una bofetada de realidad y nos ha hecho replantearnos que debemos tratar siempre bien a todo el mundo ya que no sabemos por lo que están pasando y quizá algo que a nosotros nos parezca insignificante, a otra persona puede hacerle mucho daño. También consideramos que si llegas a los extremos de Hannah por muy difícil que sea debes intentar pedir ayuda y no considerar el suicidio como única opción.
Ana Gallego y Pilar Galeano.
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